El software educativo puede ser caracterizado no sólo como un recurso de enseñanza/ aprendizaje sino también de acuerdo con una determinadaestrategia de enseñanza; así el uso de un determinado software conlleva unas
estrategias de aplicación implícitas o explícitas: ejercitación y práctica,
simulación, tutorial; uso individual, competición, pequeño grupo. Obviamente, también el software con lleva unos deternúnados objetivos de aprendizaje, de nuevo, unas veces explícitos y otras implícitos. Esta ambigüedad en cuanto a su uso y fines es algo totalmente habitual en nuestra realidad educativa. El diseño de programas educativos, cuando responde a una planificación estricta y cuidadosa desde el punto de vista didáctico, puede no verse correspondido en la puesta en práctica, dándose una utilización totalmente casual y respondiendo a necesidades puntuales. Sin embargo, también puede ocurrir la situación inversa: un determinado tipo de software no diseñado específicamente, con unas metas difusas y sin unos destinatarios definidos, puede ser utilizado con una clara intencionalidad de cara a la consecución de determinados objetivos en el grupo-clase. Ambos planteamientos son habituales.